EDUCACIÓN

La socialización del cachorro

Comienza una semana después de la adquisición del cachorro (a la edad de 8 o 9 semanas), llévelo un día a una nueva situación que nunca antes haya visto. Esto lleva alguna planificación, pero merece la pena el esfuerzo.

8 semana
Un paseo (suelto de la correa) en un prado o dehesa con la hierba medianamente alta. Deje que le acompañe, sólo con la voz. Anímele para que suba sobre algún pequeño montón de tierra o sobre algún leño. Elogie sus esfuerzos por hacer algo que nunca había hecho antes. Camine a un paso tal que no le haga fatigarse por mantener un ritmo demasiado alto. A esta edad el deseo de quedarse junto a usted es muy acuciado. Básese en eso. El paseo no debe de durar más de 20 minutos.

9 semanas
Otro paseo, este vez en los bosques. Hay hierba más alta y maleza. Debe de subir de vez en cuando sobre los troncos pequeños (Lo suficientemente grandes como para constituir un desafío). Que suba y baje cuestas, sobre las piedras, sobre un banco pequeño. Una situación perfecta podría darse al atravesar un riachuelo. Le cubrirá por el pecho. Bregará hasta la orilla para seguirlo. Cruza por una alfombra espesa de hojas que crujan cuando sea pisada. Elógielo continuamente. Alábelo por enfrentarse al desafío. El paseo durará aproximadamente 20 minutos.

10 semanas
Igual que a la edad de 9 semanas pero un poco más difícil. De vez en cuando escóndase un momento de él cuando esté distraído en los bosques. Mírelo. ¿Se da cuenta de que usted ha desaparecido? Si lo hace, y empieza a buscarlo, aparezca de repente y alábelo profusamente. Si no lo busca, lance una piedra para hacerle notar que usted ha desaparecido. luego llámelo desde su escondite. Cuando empiece a buscarlo, usted aparece y lo alaba. Esto le enseñará, tras repetirlo una y otra vez, a ir pendiente de usted cuando camine por los bosques, en lugar de tener que estar usted pendiente de donde él se encuentra. Esto le hace tomar la responsabilidad de quedarse con usted. Juegue a este juego una y otra vez durante muchas semanas hasta que no pueda esconderse de él sin éste se de cuenta. Esto sólo será necesario trabajarlo mientras sea joven.

11 semanas
Llévelo a nadar. Sosténgalo donde el agua le llegue a usted por las rodillas. Enfílelo hacia la orilla y permítale ir suavemente. Asegúrese de que levanta la cabeza y se dirige hacia la orilla. Tenga alguien en la orilla para que lo anime de una manera positiva. Otra estrategia para esto es entrar en el agua e incitarlo y animarlo para que le siga. ¡No tire de él! Cuando haya terminado llévelo fuera, lo seca y se marcha a casa. No permita que se enfríe.

12 semanas
Haga un viaje a la granja. Permítale ver vacas, caballos, pollos y cualquier otro animal que usted pueda encontrar. Es el momento de sujetarlo con la correa. Asegúrese de que está a salvo de los animales y permítale acercarse lo bastante como para olfatearlos. Esta excursión puede llevar 20 o más minutos. Tenga una actitud positiva con respecto a los animales. Sea indiferente a todos, como si fuera esto lo que suelen hacer todos los cachorros de 12 semanas.

13 semanas
Llévelo a la ciudad sujeto con la correa. Paséelo por una calle principal donde haya circulación. Él verá y oirá los automóviles, camiones y tráfico pesado de la calle. Verá pasar de largo muchos peatones, bicicletas y repartidores con carritos de mano, etc. Ésta debe ser una excursión corta, aproximadamente de 10 minutos. Elógielo abundantemente por el comportamiento positivo. Muéstrese indiferente y esperanzado Cuando vuelva al automóvil, alábelo de nuevo por su proeza admirable y valor.

14 semanas
Un viaje a la playa o a algún otro lugar especial donde nunca haya ido. Quizás un viaje al colegio local, cuando todos los niños estén saliendo. Permita a los niños que se detengan y lo acaricien. Permítale a él que vea y esté en la muchedumbre.

15 semanas
Otro viaje a la ciudad.

16 semanas
La edad principal para la mayor parte del aprendizaje de su cachorro ha concluido. Usted de la proporcionado con ilusión una amplia gama de experiencias. Si ha realizado todo esto fielmente, le habrá enseñado lo más importante de todo lo que hay que aprender y lo mantendrá el resto de su vida, permitiéndole seguir aprendiendo en lo que le queda de ésta.

17 a 21 semanas
Éste es un mal momento para someter a su cachorro a un stress tal como viajar en avión, una visita al veterinario, acercarse a una perrera o cualquier otra situación amenazante. Muchos cachorros actúan de manera muy temerosa a esta edad. Éste debe ser un momento tranquilo en sus vidas.

Condicionamiento a la orden «Ven»
Esto significa enseñar a su cachorro a acudir a su llamada sin vacilación en el momento en que oiga la orden «Nombre ven».
Comience a usar este método tan pronto adquiera su cachorro. Funciona tanto mejor cuanto más pronto comience en cachorros muy jóvenes. Cuente con perder unos minutos diarios en esto durante varias semanas. Consiste en construir una respuesta condicionada a la palabra ‘Ven’ como ocurre en un perro adulto. Se procede de la siguiente manera:

Empiece cuando el cachorro esté en su casa cerca de usted, por ejemplo en la cocina. Tome un pedazo pequeño de queso o salchicha o cualquier otro obsequio que a su perro le pueda gustar. Póngase rápidamente en cuclillas y diga «Nombre ven» con mucho entusiasmo. En cuanto el cachorro llegue a usted, dele inmediatamente el obsequio y elógiele mucho. Luego regrese a lo que estaba haciendo. Unos minutos después repita el proceso.

Durante el primer día puede hacer esto 4 o 5 veces. La última vez que lo realice él acudirá rápidamente. Al día siguiente, no se acuclille y el resto del ejercicio es de la misma forma. Cuando lo realice correctamente, aumente la distancia, el resto del ejercicio es el mismo. Con el tiempo conseguirá realizar el ejercicio cuando el cachorro se encuentre en otro cuarto. Luego pruebe este ejercicio cuando ambos se encuentre en el jardín.

Después de aproximadamente 2 o 3 semanas de hacer esto, dele el premio una de cada dos veces de las que acuda, y elógiele abundantemente el resto. Utilice la recompensa cuando se encuentre en una de sus excursiones. Llámele siempre con, «Nombre ven». Si no viene en alguna ocasión vuelva al lugar donde obedeció la última vez que usted le llamó y posteriormente lo elogia. No le permita nunca escaparse o negarse a venir. Esto es lo más importante que puede enseñar a su perro. Cuando usted dice «Nombre ven», él debe acudir siempre. ¡Sin excepción! Utilice cualquier otra palabra o expresión para que acuda cuando no es tan urgente que venga. Por ejemplo, yo uso «Nombre ven aquí» u otra frase parecida. Esto es para la vida diaria, cuando lo llama casualmente. Use «Nombre ven» cuando es esencial que el perro acuda a usted..

Nunca llame a su perro para castigarlo. Si se porta mal y necesita una corrección atrápelo y corríjalo. Si corre de usted, vuélvase en silencio, mirándolo fijamente todo el tiempo. Él comprenderá que no es un juego si lo hace silenciosamente mientras lo mira fijamente. Si no puede hacerle esta manera y hay el peligro de que se aleje y se pierda, llámelo para que regrese, elógielo y olvídese del castigo.

Cuando use este método para enseñar la llamada, no permita. que el cachorro sepa cuando usted tiene el obsequio y cuando no. Debe ser una sorpresa. A medida que pasen las semanas y realice el ejercicio 3 o 4 veces por semana recompense al perro cada tres veces más o menos, dependiendo de la respuesta de cada perro. Cuando alcance los 5 meses aproximadamente, debe de ser muy fiable en el ejercicio de la llamada, acudiendo desde cualquier distancia y con distracciones. Más tarde será adiestrado más en serio en la llamada de obediencia, sin las recompensas y se condicionará siempre a acudir, con lo cual podría algún día salvar su vida.

Este método no le llevará mucho esfuerzo. Es simplemente cuestión de no olvidar hacerlo una o dos veces todos los días. El resultado compensa sin duda alguna el esfuerzo.

Otras cosas que debe de hacer con su cachorro son:

Los baños
Logre que su cachorro se acostumbre a recibir un baño mientras todavía es lo bastante pequeño como para manejarlo fácilmente. Dele 3 o 4 baños entre los 2 y 5 meses de edad.

Las uñas
Debe mantener arregladas las uñas de los perros. Un perro que vive dentro y no conserva arregladas sus uñas puede dañarse las patas por llevarlas demasiado largas. Arregle las uñas de su cachorro tan pronto como lo adquiera. Hágalo aproximadamente cada dos semanas. Si lo hace en este momento, aprenderá a aceptarlo Espere hasta que crezca y probablemente tendrá que luchar con él. No aplace la enseñanza de su perro a permanecer quieto mientras arregla sus uñas. El «no puedo hacerlo porque tengo miedo de hacerle daño» no vale como excusa. Todos tenemos que aprenderlo algún día. Es responsabilidad suya mantener las uñas de su cachorro en perfecto estado. Le hará más daño si no se encuentran en buen estado.

Aseo
Ponga a su cachorro en un lugar apropiado, sobre una toalla para sus sesiones de aseo. Cepíllelo y recorte sus uñas. Realice esto correctamente desde el momento en que adquiera el cachorro. Inmovilícelo para que le permita asearle. No le deje irse ni que se mueva. Esto es todo por lo que al cuidado del perro se refiere.

 

¿Cómo conseguir que mi cachorro se convierta en un adulto educado?

Mordiscos, gruñidos, suelo orinado, puertas arañadas, calcetines rotos… Éstos son los problemas con los que se encuentran cada día los nuevos propietarios al volver en casa después de un duro día de trabajo. Pero, ¿es necesario pasar por este trance? ¿Se puede evitar sin hacer daño a nuestro pequeño amigo? ¿Cuánto de verdad hay en lo que dice «el vecino»? En este artículo intentaremos llegar a las claves para que la infancia de nuestro perro sea lo más agradable posible y, de paso, conservar el mobiliario. Además, si evitamos que se instaure en el perro la costumbre de hacer lo que no debe, prevenimos la aparición de problemas más graves de comportamiento y que suelen aparecer a la entrada de la edad adulta.

Los destrozos
La mejor forma de conseguir que el cachorro no haga «gamberradas», es adelantarnos a ellas. Resulta muy útil sentarse en el suelo y estudiar a que objetos delicados tiene acceso desde esa altura. Aún así, habrá cosas que correrán el riesgo de acabar rotas y será ahí donde entraremos nosotros. Al más mínimo intento de desgarrar algo, lo cogeremos fuertemente por el hocico a la vez que damos un contundente «¡¡¡NO!!!» tantas veces como sea necesario para que nuestro compañero desista.
Una vez en este punto, nos encontramos con una inevitable dificultad: tenemos un cachorro perfectamente controlado mientras estamos delante, pero que se desmadra en cuanto cruzamos la puerta. La solución es la misma que tomamos con nuestros hijos cuando empiezan a andar, deberemos buscar un parque para cachorros. Éstos consisten en varios paneles móviles de rejas que forman una zona de juego segura para el perro y para nuestros objetos de valor. En ella podrá pasar todo el tiempo que no estemos nosotros presentes para controlarlo. Además, para optimizar el resultado, podemos usar juguetes rellenables de comida (tipo pong), en los que pondremos algún alimento especialmente sabroso (como golosinas industriales). Así conseguimos que aprenda lo que no debe morder, a la vez que obtiene un premio extra al morder lo de debe.

Las necesidades
Para controlarlas, necesitaremos una herramienta más: el transportín de viaje. Este gran invento, no es más que una caja bien ventilada donde el perro puede viajar tranquilo y además usarla como guarida. Además, nos resultará útil tener en cuenta que los perros raras veces orinan en su propia cama, de modo que el camino a seguir es claro.
En los primeros días, colocaremos el transportín abierto dentro del parque, de modo que el perro empiece a usarlo como guarida. Si al principio se asusta al intentar entrar, nunca deberemos forzarlo, bastará con colocar los kong dentro. Además, prepararemos una zona dentro del parque con la misma superficie que previamente hemos elegido como la mejor para que el perro defeque (generalmente tierra), de modo que le iremos acostumbrando a hacerlo allí. La forma de proceder es la siguiente: aprovechando que después de comer la vejiga se ve comprimida por el mayor tamaño del estómago, aprovecharemos para encerrarlo en el transportín, para unos minutos después llevarle a la zona que hemos apartado para las necesidades. Será muy poco lo que podremos esperar, y no debemos olvidar felicitarle después de haber defecado en el lugar. Con unas cuantas repeticiones, nuestro amigo buscará esa zona para orinar y defecar.
No debemos olvidar nunca de que el transportín sólo se puede usar por espacios de tiempo reducidos (no más de una hora), si necesitamos tenerlo controlado más tiempo usaremos el parque.

Los mordiscos
Quizás sea lo más sencillo de hacer, pero también lo más pesado. No debemos olvidar nunca que la firmeza en este sentido es indispensable.
La mayor parte de los mordiscos vendrán como un juego, pero no por eso debemos consentirlos. La forma de proceder será la misma que cuando muerde cualquier otra cosa, lo agarraremos fuertemente por el hocico a la vez que aplicamos el ¡¡¡NO!!! La única diferencia vendrá porque en el momento que pare le ofreceremos un juguete mostrándole que es con eso con lo que se debe jugar y no con nuestras manos.

En algunos cachorros aparecen gruñidos cuando está comiendo. Esto lo deberemos tomar mucho más en serio: estamos tratando con todo un candidato a convertirse en un perro agresivo. NUNCA deberemos dejar que esto evolucione. En estos casos, apartaremos al cachorro y le retiramos la comida. Unos minutos después se la volvemos a ofrecer, para retirársela de nuevo si persisten los gruñidos. La clave es que el perro comprenda que la comida es nuestra y, por lo tanto, le hacemos un favor dejando comerla. Generalmente mejoran a las pocas repeticiones.

Conclusión
Evitar que nuestro cachorro se convierta en una molestia es algo sencillo, que implica tan solo un poco de dedicación y que la mayoría de las veces a penas es necesario reprenderlo. Siguiendo esta guía, conseguiremos tener un perro educado, que no moleste en casa y que aprenda a permanecer solo durante periodos de tiempo prolongados.

AUTOR

Alberto Zafra
E-Mail: alberto@ischadia.info
Web: http://www.ischadia.info/

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